Cocemos las patatas en agua; las retiramos y las pelamos cuando estén frías. Machacamos y mezclamos junto con la leche, el queso fundido, la mantequilla, las yemas, la pimienta negra y una pizca de sal hasta obtener un puré. Forramos un molde rectangular con papel vegetal, dejando que sobresalga por los lados.
Rellenamos el molde hasta la mitad con puré y cubrimos los lados con más puré. Mezclamos el pulled pork con el tomate triturado y lo añadimos en el centro del molde con puré y cubrimos con más puré. Tapamos el pastel con el papel vegetal sobrante y horneamos a 180ºC durante 30 minutos.
Mientras tanto, picamos las cebollas en juliana y las añadimos en una sartén con aceite de oliva. Sofreímos durante 5 minutos, vertemos la panela, el vinagre y removemos. Dejamos que la cebolla se caramelice durante unos minutos.
Retiramos del horno el pastel, dejamos reposar 10 minutos y desmoldamos con cuidado. Decoramos con cebolla caramelizada por encima, un poco de perejil y… ¡listo para disfrutar!
Si bien la receta clásica del pastel utiliza puré de patatas, se puede dar un giro interesante al plato al sustituirlo por puré de boniato o calabaza. Esto añadirá un toque dulce a la preparación.
Para lograr una textura de puré suave y cremosa, es esencial cocer bien las patatas y luego machacarlas minuciosamente. Después, incorpora los ingredientes y mezcla hasta obtener un puré con una consistencia uniforme.
Otra forma de presentar esta receta es armar porciones individuales en cazuelitas. En esta variante, no es necesario utilizar papel vegetal, porque el pastel se disfruta desde la propia cazuelita.
Es muy recomendable permitir que el pastel de patatas repose unos minutos, una vez retirado del horno. Este paso permite que al momento de cortar el pastel mantenga mejor su forma.,
Este pastel de patata es ideal para sorprender a familiares y amigos, y más sencillo de cocinar de lo que puedas pensar. A nivel nutricional, es una receta densa a nivel calórico, ya que la patata aporta hidratos de carbono complejos. También tenemos fuentes de proteínas de alto valor biológico en la carne de cerdo, el huevo y la leche. No tenemos una buena fuente de verduras, por lo que es ideal acompañar este plato con verduras, y ya que vamos a usar el horno, podemos hacer verduras asadas tanto para acompañar, como para dejarlas listas para otro día. Es una receta apta para personas con celiaquía, aunque siempre es recomendable revisar las etiquetas para confirmar que no haya contaminación cruzada. Podríamos rellenar el pastel con soja de grano grueso o tempeh, sin olvidarnos de usar una leche vegetal y semillas de chía hidratadas en lugar de la mantequilla y la yema huevo, para tener una receta vegana.
La base de este pastel es la patata. Y no, por mucho que podamos creerlo, esta raíz es un tubérculo, no una verdura, que aporta energía e hidratos de carbono complejos. Nos da mucho juego en la cocina ya que se puede cocinar de muchas formas, tanto al microondas, horneadas o hervidas. Nos aportan minerales como potasio o magnesio, así como vitaminas como B6. Si una vez hervidas o guisadas las dejamos enfriar, obtenemos un almidón resistente, que ayuda a nuestro microbioma y sirve como un prebiótico. Una vez las hemos enfriado, cuando las queramos comer, únicamente tenemos que calentarlas.
Para el pastel de patata
Para la decoración