Salpimentamos los filetes de lomo, picamos el ajo en láminas y en una cazuela con aceite de oliva, doramos el conjunto durante unos minutos y reservamos. En la misma cazuela, pochamos la cebolla y el puerro troceados.
Añadimos las zanahorias en ruedas y dejamos que se reblandezcan. Vertemos el vino blanco y dejamos evaporar el alcohol durante un par de minutos. Incorporamos las hojas de laurel, el caldo y mezclamos bien.
Dejamos que la salsa se reduzca durante unos minutos y añadimos la leche evaporada, llevamos a hervor y retiramos del fuego. Retiramos las hojas de laurel, salpimentamos, disponemos la salsa en el vaso batidor y trituramos.
Calentamos la salsa en la cazuela y añadimos los filetes de cerdo. Removemos y dejamos cocer durante unos 10 minutos. Disponemos unas piezas de secreto en un plato, acompañamos con un poco de salsa, el ajo dorado y… ¡listo para disfrutar!
Aquí os dejamos una receta sencilla para poder preparar cómo plato principal o segundo plato. A nivel nutricional, tenemos una receta con un buen aporte de proteínas por parte de los filetes de lomo y la leche evaporada. Sería interesante acompañar este plato con una buena ración de verduras, ya sea en un plato principal a modo de guarnición o en un primer plato. Podríamos aumentar la densidad calórica añadiendo también alguna ración de hidratos, por ejemplo, patata o quinoa junto con esa guarnición de verduras. Podríamos usar filetes de seitán, tofu o tempeh, así como un caldo de verduras y bebida de coco en lugar de la leche evaporada, para tener una receta vegana. Recordemos que siempre que usemos una bebida alcohólica, no es un plato recomendable para mujeres embarazadas y menores, ya que no se evapora del todo.
Dentro de las carnes más comunes, el lomo de cerdo es una de ellas. Además, el lomo es uno de los cortes magro de mejor calidad que aquellos cortes más grasos. A nivel nutricional, es una fuente de proteínas de calidad biológica, aportando también vitaminas del grupo B, y minerales como zinc, fósforo o potasio. También destacamos que todas las carnes rojas tienen un contenido mayor en hierro que las denominadas carnes blancas. No olvidemos que las carnes rojas tienen un perfil graso mayor que las carnes magras, por lo que no se recomienda un consumo frecuente.