Cuando pensamos en comida rápida o street food, uno de los platos estrella es el hot dog, o perrito caliente. Su popularidad ha llegado a tal punto que en Estados Unidos podemos encontrar un puesto ambulante de perritos calientes en prácticamente cada esquina. ¡Y no nos extraña! Es muy fácil y práctico de comer, y su sabor es delicioso, especialmente porque le podemos añadir los ingredientes que más nos gusten a modo de acompañamiento. El hot dog que te traemos en esta ocasión lleva cebolla frita, pepinillos y salsa de queso cheddar, a parte, por supuesto, de las salchichas Hot Dog de nuestra marca de productos estadounidenses McEnnedy. ¿Serás capaz de resistirte a un buen perrito caliente casero?
Preparamos la salsa de queso: calentamos la mantequilla hasta derretir, incorporamos la harina y la cocinamos ligeramente. Vertemos la leche poco a poco mientras removemos para evitar que se creen grumos. Cortamos el queso en daditos e incorporamos a la mezcla, salpimentamos y dejamos derretir.
Untamos los panecillos abiertos con un poco de mantequilla derretida y los tostamos. Cocinamos también a la plancha las salchichas.
Montamos los perritos colocando las salchichas en la base de los panecillos, y sobre ellas, los pepinillos cortados en ruedas y la cebolla frita. Acompañamos con la salsa de queso con ayuda de un biberón, un poco de perejil fresco picado y… ¡a disfrutar!
Todos hemos oído hablar del Hot Dog, pero lo que no conocemos habitualmente es que el perrito caliente tiene su origen enAlemania, aunque donde se hizo popular fue enEstados Unidos. Se convirtió en uno de los platos callejeros más típicos para la clase trabajadora. Desde el punto de vista nutritivo, los Hot Dog son una gran fuente de proteína debido a la carne de las salchichas, mientras que su contenido calórico varía dependiendo del acompañamiento.
Para la salsa de queso:
Para el Hot Dog: