Para la salsa de pera: en una sartén a fuego medio ponemos una pera cortada en dados, nata, crema balsámica, miel y sal al gusto. Dejamos que se cocinen un poco y trituramos la salsa.
Para las pechugas rellenas: estiramos los filetes de pechuga y cubrimos la superficie con una capa de pera, dátiles y camembert cortado finamente. Enrollamos las pechugas con el relleno hacia el interior y las sujetamos con un palillo de madera.
Doramos las pechugas rellenas en una sartén con un poco de aceite de oliva. Cocinamos con tapa, retiramos los palillos y disponemos en el plato que más nos guste.
Añadimos un poco de salsa sobre las pechugas de pollo, acompañamos con hojas verdes de ensalada y…¡listas para disfrutar!
Se trata de una receta muy completa ya que incluye pechugas de pollo con fuente de proteína acompañadas de una salsa de pera, lo que puede facilitar el consumo de fruta y sin descuidar los vegetales ya que este plato va acompañado de una ración de ensalada.
Para que este plato sea más equilibrado, lo ideal sería que la fuente de vegetales, en este caso la ensalada, sea de mayor tamaño que las pechugas de pollo y su salsa. De esta manera, se obtendrá un mayor grado de saciedad gracias al aporte de fibra de los vegetales que componen la ensalada y así, no sobrepasar la ración proteica con las pechugas de pollo.
Información nutricional sobre el ingrediente destacado:
Las pechugas de pollo son una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico ya que poseen todos los aminoácidos esenciales. Además, se trata de una carne con un pequeño porcentaje graso ya que el pollo es una carne magra. Esto hace que su valor calórico también sea reducido en comparación con otras carnes y que sea una carne de fácil digestión.
El pollo además de ser rico en proteínas y bajo en grasas, aporta vitaminas del grupo B como la B6 y B12, también es fuente de minerales como el hierro, sodio y zinc.
Para la salsa de pera:
Para las pechugas rellenas: