Cortamos las patatas con piel en porciones y las añadimos a una fuente de horno junto a los espárragos partidos a la mitad, los taquitos de jamón, sal, pimienta y orégano. Horneamos 30 minutos a 180ºC y servimos.
Mezclamos el queso fresco con sal, pimienta, perejil, zumo de lima y aceite. Cortamos el pepino en láminas y las untamos con la crema de queso. Ponemos una loncha de salmón ahumado y enrollamos colocando un palillo.
Picamos la cebolla y el pimiento rojo y verde en juliana fina. Cortamos un rectángulo de papel de horno y colocamos una cama de pimientos, el lomo de merluza, sal y aceite de oliva.
Cocinamos al vapor durante 15 minutos. A parte, en un cazo mezclamos nata, caldo de pescado, zumo de limón, sal y pimienta y cocinamos hasta que espese. Servimos el pescado con su guarnición y salseamos. Espolvoreamos con perejil picado.
Si no tenemos vaporera en casa, podemos simplemente introducir los paquetitos en el horno precalentado y cocinar a 180ºC durante 20 minutos.
Una forma fácil de laminar muy fino el pepino para los rollitos es usar un pelador de verduras.
Si calentamos unos 10 minutos previamente en el horno la fuente donde vayamos a cocinar nuestras verduras, estas quedarán perfectamente doradas por fuera y tiernas por dentro sin reblandecerse.
Si no somos amantes del pescado, podemos sustituir el salmón de los rollitos por jamón cocido, pechuga de pavo o, si queremos un plato vegetariano, podemos usar un loncheado vegetariano Vemondo.
La enología siempre ha ido ligada a la alimentación. Se habla de que los diferentes tipos de vino maridan mejor con según qué alimentos. Para la población general es común aquello de que el vino tinto es para carnes y el blanco para pescados o mariscos. Aunque igual esto no es siempre así.
En esta ocasión, tenemos 3 tipos de recetas que pueden ir bien para maridar con tres tipos de vino, un vino tinto, un vino rosado y un vino blanco. Ambas son opciones de picoteo o pequeñas ingestas para combinar, más a modo de tapa o pequeña comida. Ya que no existe un consumo saludable de alcohol, ni siquiera del vino, estas opciones nos pueden servir para aquellas ocasiones esporádicas en las que lo tomemos, y queramos acompañar con una plato o comida diferente.
En las 3 opciones, tenemos un aporte de fuentes de proteína de calidad, como son el queso, salmón ahumado y la merluza. Sería ideal que todas las opciones las acompañemos de una buena ración de verdura, tanto a modo de guarnición como en forma de un primero. Pueden ser ensaladas, salteados o verduras asadas tipo escalivada.
En una de ellas, la cazuela, añadimos también una fuente de hidratos de carbono como es la patata, lo que la convierte en una de las opciones más densas a nivel nutricional.
Podemos sustituir las opciones de proteínas de origen animal para tener alternativas veganas. Por ejemplo, podemos usar legumbres, como garbanzos, habas o guisantes salteados en el caso de la cazuela, en forma de tofu en láminas con alga para darle un sabor salado en el caso del salmón ahumado, o con soja texturizada de grano grueso o tofu marinado en el caso de los filetes de merluza.
Información nutricional sobre el ingrediente destacado: El vino es uno de los productos más conocidos en España, aunque esta bebida se obtiene a partir de la uva, mediante una fermentación alcohólica, y tiene su origen en países como Italia, Francia y España.
En esta receta tenemos tres tipos de vinos. El vino tinto, rosado y blanco. La diferencia básica entre los 3 es el modo de fabricación, tanto por la técnica, el tipo de uva, y su maduración.
Si es cierto que existe aún muy extendido el mito de que una copa de vino es cardiosaludable, aunque esto hace tiempo que se sabe que no es cierto, ya que la evidencia nos dice que no existe un consumo saludable de alcohol. Esto no quiere decir que no se deba tomar nunca, pero sí que debemos tomarlo con moderación y, preferiblemente, hacerlo en ocasiones especiales.
Dentro de esta receta, tenemos tres formas de maridar estos vinos. En la primera podemos destacar las patatas, que es un tubérculo denso a nivel calórico y rico en carbohidratos. Podemos destacar que si una vez guisadas o hervidas las dejamos enfriar, conseguimos un almidón resistente que puede beneficiar a nuestra microbiota y servir de probiótico, pudiendo calentarlas de nuevo una vez enfriadas.
También podemos destacar el salmón ahumado en la segunda alternativa, una modalidad mucho más intensa de sabor, así como una forma más sencilla para conservar y usar en el día a día. El salmón, junto con ser una buena fuente de proteínas de calidad, también nos aporta grasas cardiosaludables.
Y en la última receta podemos destacar la merluza, un pescado blanco muy versátil en cocina, que nos aporta proteínas de alto valor biológico, junto con minerales como el potasio y vitaminas del grupo B.
Como vemos, son tres recetas con ingredientes muy interesantes para su consumo habitual.
Para la cazuelita de patatas asadas
Rollito de pepino y salmón
Para la merluza al vapor con salsa de limón
