Preparamos una base de bizcocho batiendo huevos con azúcar hasta que doblen su tamaño. Una vez quede espumoso, añadimos la harina tamizada, el cacao puro y la sal. Mezclamos con suavidad.
Horneamos en una placa con papel vegetal a 170º durante 10 minutos. Desmoldamos, retiramos el papel y enrollamos sobre un paño húmedo. Reservamos.
Trituramos el turrón junto con parte de la nata hasta formar una crema. Montamos el resto de la nata y mezclamos con el turrón hasta integrar. Cubrimos la plancha de bizcocho, enrollamos dándole forma de cilindro y cortamos los bordes para un resultado más liso.
Calentamos nata y la añadimos a un bol con onzas de chocolate. Mezclamos hasta formar la ganache y cubrimos la superficie del tronco. Rayamos ligeramente la ganache, espolvoreamos tejas trituradas en la superficie y… ¡a disfrutar!
En el momento de armar el tronco, es fundamental que la plancha de bizcocho esté completamente fría, debido a que esto evitará que la crema de turrón se ablande demasiado al cubrirlo. Una vez que esté la superficie del bizcocho cubierta, procede a enrollarlo con cuidado, utilizando papel vegetal para darle forma de cilindro.
Llega la navidad y el turrón es una de las opciones más clásicas de estas fiestas. Aquí os traemos una receta diferente para disfrutar en familia. No debemos olvidar que este tipo de recetas son densas a nivel calórico, con un aporte alto de hidratos de carbono, pero sobre todo de azúcar añadido. Esto hace que sean elaboraciones para un consumo puntual, para disfrutar en familia. También nos aportan proteínas por parte principalmente de los huevos y en menor media las almendras. Estas recetas, a priori, no son aptas para personas con celiaquía, pero si cambiamos las harinas por opciones sin gluten, así como el resto de productos como el turrón blando estén etiquetados sin gluten, tenemos una receta apta para personas con celiaquía, sin que nos resulte difícil ni teniendo un cambio muy drástico de sabor.
En esta receta, el ingrediente mayoritario, como en la mayoría de recetas de repostería es la harina, aunque destacamos el cacao como ingrediente principal. El cacao nos aporta polifenoles o catequinas, por lo que un chocolate con una concentración elevada puede ser una buena opción para consumir de manera frecuente. Aporta una cantidad baja de proteína, y minerales como fósforo, magnesio o cobre. También aporta vitaminas como A, C y algunas del grupo B. En la cocina, el chocolate tiene más versatilidad de la que pensamos, ya que se puede usar para salsas o platos principales. En función de su cantidad de azúcar, podemos generar contrastes de dulces y salados. De hecho, la sal combina muy bien con el chocolate. Cuando hablamos de chocolates, se puede catalogar, en función de su porcentaje o cantidad de cacao. Solemos decir qué son productos saludables o para consumir frecuentemente cuando está por encima del 75%. Por ello, si consumimos cacao puro, en su versión en polvo, o bien chocolates con un porcentaje por encima del 75-80, puede ser una opción de consumo frecuente o diario.
Para la plancha de bizcocho
Para la crema de turrón
Para la decoración