Precalentamos el horno a 180°C. Colocamos la masa en un molde, la pinchamos con un tenedor y la horneamos hasta que esté dorada (unos 15 minutos). Dejamos enfriar.
En un cazo mediano calentamos la leche. En un bowl mediano a parte, batimos las yemas con los 100g azúcar y la maizena. Vertemos la leche caliente poco a poco sobre la mezcla de las yemas, y volcamos todo de nuevo al cazo para cocinar a fuego medio hasta espesar. Dejamos enfriar.
Rellenamos la base con la crema pastelera fría, alisándola con una espátula. Cortamos los mangos en láminas finas y las colocamos en círculos desde el borde hacia el centro, formando una flor.
En un cazo pequeño hervimos el agua y los 50 g azúcar durante 1 minuto. Dejamos templar unos minutos y pincelamos suavemente sobre el mango con una brocha de cocina.
Solemos usar las tartas en eventos o celebraciones especiales, y aquí os traemos una receta sencilla para sorprender a nuestros seres queridos. Tenemos un aporte de hidratos de carbono por parte de la masa quebrada, junto con el mano. También tenemos azúcar añadido, que podemos intentar reducir, ya que el mango nos aporte un sabor dulce a la receta. Tenemos un aporte proteico por parte de las yemas y la leche. Podemos usar una masa quebraza que certifique que no contiene gluten, para tener una receta apta para personas con celiaquía. - Información adicional sobre el ingrediente destacado: El ingrediente principal de esta receta es el mango. Es una receta originaria de la India que se cultiva en zonas cálidas, también en España. A nivel nutricional, como la mayoría de las frutas nos aporta en su mayoría agua, junto con una parte de fibra. Podemos destacar un aporte de hidratos de carbono de absorción rápida, que no podemos comparar con el azúcar añadido de algún producto. También destaca su aporte en vitaminas como A, E, C y vitaminas del grupo B. En cuanto a su aporte en minerales, podemos destacar su aporte de potasio y magnesio.