Para la tarta: batimos bien los huevos junto con el azúcar. Añadimos aceite de girasol, harina tamizada y levadura en polvo y mezclamos hasta obtener una masa homogénea.
Disponemos la mezcla anterior en un molde apto para horno previamente engrasado. Horneamos a 190º durante 25 minutos aproximadamente. Sacamos del horno y dejamos enfriar.
Mezclamos leche fresca con nata y leche condensada. Pinchamos ligeramente el bizcocho y lo bañamos con la mezcla anterior de forma que se empape por completo.
Para la cobertura: montamos la nata junto al sirope de ágave y cubrimos la superficie del bizcocho. Cortamos porciones en forma de cuadraditos decoramos con una cereza y…¡a disfrutar!
En este caso hemos optado por la nata montada pero también es típico elaborar esta receta con una cobertura de merengue. Para ello tendríamos que montar claras de huevo con un poquito de azúcar y disponerlo sobre el bizcocho como hemos hecho con la nata. Para darle un toque final, podríamos sopletear ligeramente la superficie.
Si no disponemos de mucho tiempo o no tenemos horno, podemos comprar un bizcocho ya hecho y seguir con los pasos del bañado y la cobertura. Es una solución fantástica para poder elaborar este postre.
Para asegurarnos que nuestro bizcocho se empape por completo y no se nos quede el interior seco, pinchamos ligeramente la superficie con un tenedor o pincho alargado.
Es importante enfriar nuestro bizcocho sobre todo antes de añadirle la cobertura, ya que con el calor la nata se nos va a deshacer y venir abajo. También es preferible enfriarlo antes de desmoldar, ya que es más fácil que se nos rompa estando caliente.
Es una receta típica de latinoamérica, que se suele cubrir con nata montada o merengue y unas cerezas. Consiste en un bizcocho elaborado con leche fresca, leche condensada y nata, de ahí su nombre tarta tres leches.
Debido a sus ingredientes, se recomienda su consumo de manera ocasional ya que se trata de una tarta con un elevado aporte calórico y de azúcar añadido.
La leche fresca es la que se obtiene recién ordeñada y sometida al tratamiento de pasteurización. Se conoce también como leche cruda o pasteurizada.
El tratamiento de pasteurización consiste en someter la leche a una temperatura mediana durante un pequeño tiempo de manera que se eliminan las bacterias patógenas pero no el resto.
Debido a esto, la leche fresca se debe mantener siempre en refrigeración, para evitar el crecimiento de estas bacterias.
La leche fresca al estar recién ordeñada y no haber sido sometida a altas temperaturas mantiene sus propiedades organolépticas, por lo que tiene un color, olor y sabor más intenso.
La leche es un alimento que destaca por su alto contenido en proteínas, en 100g de leche podemos encontrar 3,2g de proteína.
Además, también contiene muchas vitaminas y minerales como ácido fólico, calcio y fósforo.
Esto hace que la leche sea un alimento con un valor nutricional muy bueno para la población general, destacando los grupos en edad pediátrica, embarazo, lactancia y menopausia.
Para la tarta:
Para la cobertura: