Cortamos una cruz en la base de los tomates, los escaldamos en agua hirviendo durante 1 minuto y los enfriamos en agua muy fría. Los pelamos con ayuda de un cuchillo, los cortamos en dados y reservamos.
Partimos el ajo, la cebolla y la zanahoria en dados pequeños y los rehogamos en una olla con aceite de oliva. Incorporamos la carne picada y la cocinamos hasta que quede bien suelta.
En ese momento, vertemos el vino y dejamos reducir. Añadimos el tomate reservado junto con la ramita de apio y el caldo de pollo y cocinamos durante 15 minutos a fuego medio-bajo.
Pasado ese tiempo, retiramos el apio, endulzamos con miel y seguimos cocinando durante otros 15 minutos. Salpimentamos y espolvoreamos orégano al gusto, servimos y… ¡a disfrutar!
Utilizamos tomate fresco porque nuestra receta tendrá un sabor más natural y auténtico.
Escaldamos los tomates para que se pelen mejor y resulte más fácil.
Cocinamos a fuego medio-bajo durante mucho tiempo para que se cocinen y concentren todos los sabores de los ingredientes.
Cortamos las verduras muy finas para que la salsa resulte más agradable en boca y el protagonismo se lo lleve la carne picada.
Retiramos el apio porque sólo nos interesa su aporte como aromatizante y frescor, no su textura en la salsa.
Es importante que el vino reduzca bien para que nuestra salsa no tenga un sabor fuerte y amargo.
Se utiliza caldo de pollo para intensificar más el sabor a carne.
Añadimos miel para contrastar los sabores ácidos y amargos del vino y el tomate, y así endulzar la receta.
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tomatesVer productos
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Incorporamos orégano a la receta para darle un toque más italiano.
cebolla dulceVer productos
zanahoriaVer productos
aceite de oliva virgen extraVer productos
carne picada mixtaVer productos
vino tintoVer productos
apioVer productos
caldo de polloVer productos
mielVer productos
pimientaVer productos
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