Cortamos las patatas en rodajas y las freímos en aceite de oliva a fuego medio hasta que estén tiernas. Escurrimos y reservamos en un bol.
Cortamos una lámina de jamón en pequeños trozos y freímos. En la misma sartén,también freímos los huevos hasta que la clara esté hecha y la yema líquida.
En un bol le ponemos una pizca de pimienta, mezclamos suavemente los huevos con las patatas y el jamón creando una base untuosa.
Colocamos el aro en el plato, rellenamos con la mezcla, presionando ligeramente para que quede compacto. Retiramos el aro con cuidado y disponemos por encima las láminas del jamón.
Existen platos clásicos que no necesitan presentación, y los huevos rotos con jamón son uno de esos platos. A nivel nutricional, es un plato que aporta, principalmente, proteínas de calidad por parte de los huevos y el jamón, así como una fuente de hidratos por parte de las patatas. Sería imprescindible acompañar este plato de una ración de verduras, para tener un plato completo para cualquier comida y cena. Tenemos, a priori, una receta apta para personas con celiaquía, pero siempre es importante revisar las etiquetas por si pudieran existir contaminaciones cruzadas.
No tenemos un solo ingrediente principal, ya que en este plato destacan por igual tanto los huevos cómo el jamón serrano. Ambas opciones nos aportan proteínas de calidad. El huevo, se considera un estándar de calidad a nivel proteico, tanto por la composición de aminoácidos, cómo por su alta digestibilidad. También aporta vitaminas como A, D, E y del grupo B, junto con minerales como el calcio, selenio o yodo. En cuanto al jamón serrano, tenemos que recordar que no es recomendable abusar de su consumo, por el contenido en grasas saturadas. También podemos destacar su aporte en minerales y vitaminas cómo calcio, hierro o magnesio, así como vitamina D y del grupo B.