Cortamos el calabacín, el pimiento y el puerro en tiras de 5 cm de altura y 1 cm de grosor aproximadamente. Reservamos en un bol, aliñamos con sal, aceite de oliva y removemos.
Estiramos la masa de hojaldre y la cortamos en 12 porciones cuadradas iguales. Extendemos el tomate frito en la parte central de cada una sin llegar a los extremos y cubrimos con el jamón serrano.
Rallamos sobre éste el queso emmental y disponemos encima en diagonal unas pocas verduras variadas de las que hemos cortado anteriormente. Unimos los extremos diagonales contrarios en la parte central fijándolos con un poco de huevo batido.
Pintamos el resto de hojaldre con más huevo para darle brillo y espolvoreamos albahaca seca. Horneamos a 190ºC durante 20 minutos y… ¡a disfrutar!
Esta receta es una opción muy práctica para sorprender con entrante diferente y muy fácil de elaborar. Los saladitos son un plato bastante típico en celebraciones o aperitivos, por lo que si los hacemos en casa, podemos mejorar su composición a nuestra elección. Por ejemplo, podemos variar las fuentes de proteína utilizadas, en este caso partimos de queso y jamón serrano. Podríamos utilizar diferentes tipos de queso, o sustituir por algún paté vegetal como el hummus, así además podríamos hacerlos vegetarianos. Otra opción es rellenarlos únicamente de pisto casero de verduras.
Importante también destacar que utilizando una masa de hojaldre sin gluten, y si es integral muchísimo mejor, hacemos así la receta apta para celíacos.
Aconsejamos acompañarlos de opciones con un mayor cantidad de verduras como ensalada, verduras asadas o verduras rellenas, así mejoramos la composición de nuestro plato, y le sacamos partido al horno.
Información nutricional sobre el ingrediente destacado:
Con una base de harina, la masa de hojaldre, a nivel nutricional aporta principalmente hidratos de carbono, y en menor proporción proteína. En la elaboración del hojaldre se incluye además entre las capas una fuente de grasa, pudiendo ser mantequilla, margarinas o manteca de cerdo generalmente.
Es una elaboración característica en la que se va doblando la masa sobre sí misma dejando en medio una capa de grasa, adquiriendo una textura crujiente después del horneado. Es una opción muy versátil en cocina, más típica de repostería, aunque también puede usarse para elaboraciones saladas.
Elijas la opción que elijas para acompañar el hojaldre, es importante presentar este tipo de recetas en porciones individuales pequeñas para regular más cómodamente la ración consumida.
