Risotto de gambas

1. Para el risotto, pochamos la cebolla picada en una sartén amplia con aceite de oliva y un poco de sal y rehogamos. Añadimos el arroz a la sartén y lo nacaramos un minuto. Sumamos el vino blanco y removemos hasta que se evapore el alcohol.

2. Vamos incorporando caldo hirviendo de a poco hasta cubrir el arroz. Lo vamos echando por partes, esperando a que el líquido reduzca y sin dejar de remover. Cuando añadamos la última taza de caldo, incorporamos las gambas y dejamos cocer. Sacamos del fuego, añadimos la mantequilla y el queso rallado. Removemos y dejamos

3. Para el crujiente de queso, en una sartén antiadherente echa un poco de queso rallado a fuego suave. Cuando el queso se funda y comience a tomar color, retiramos y dejamos el crujiente sobre un papel de horno hasta que se enfríe.

4. Para el alioli, en un vaso batidor añade los ajos, el huevo, el aceite, el vinagre, los guisantes y la sal. Bate primero colocando la batidora hasta la base y sin moverla. Cuando esté emulsionada la salsa, ya se puede mover y batir completamente.

5. Para el emplatado, con la ayuda de un aro, colocamos unas cucharadas de risotto en un plato. Añadimos unas gambas doradas en sartén por encima, junto con el crujiente de queso. Terminamos con unos puntos de ali oli por alrededor del plato y… ¡a disfrutar!

- La base del risotto es el sofrito, que puede ser un poco de cebolla o chalota simplemente. La clave es que al momento de cocerlo, no se debe oscurecer, debe quedar transparente.

- Al añadir vino blanco al risotto y dejar que se evapore, le damos más aroma y sabor al arroz. Es importante dejar que el alcohol se evapore correctamente durante un par de minutos.

- Para que el risotto quede perfecto, es importante añadir el caldo de a cazos, a medida que el arroz absorba el líquido. El caldo debe estar hirviendo al momento de añadirlo a la preparación y sólo debe cubrir el arroz, no llenar la cazuela.

- El toque final a risotto se lo da la mantequilla, que se añade cuando ya lo retiramos de cocción y removemos con mucho cuidado. Este paso le otorga la cremosidad característica del plato.

Este risotto es una opción ideal cuando queremos sorprender con un plato y no tenemos mucha maña en la cocina. Además, es una forma distinta de usar las gambas.

Es un plato denso a nivel calórico, por lo que será ideal acompañarlo de una fuente d e verduras, por ejemplo, una ensalada. Contamos con el arroz como la fuente principal de hidratos de carbono. También tenemos proteínas por parte de las gambas, el queso y los guisantes. También tenemos grasas saludables por parte del aceite de oliva y la mantequilla.

No debemos olvidar que, al contener vino en su elaboración, no sería una receta recomendable para mujeres embarazadas y niños.

A priori, es una receta apta para personas con celiaquía, pero debemos revisar las etiquetas para confirmarlo.

Información adicional sobre el ingrediente destacado:

Aunque en un risotto el ingrediente principal es el arroz, destacamos el uso de las gambas en esta receta. El arroz es una fuente de hidratos de carbono, junto con vitaminas como B6, B3 o B1, que también es fuente de magnesio y potasio. Aunque siempre recomendamos usar opciones integrales, en este tipo de elaboraciones es mejor usar un arroz que no sea integral para conseguir esa textura cremosa del risotto.

Por otro lado, las gambas, que son fuentes de proteína de calidad, aportan también vitaminas como B3, B12, D, E y K, así como potasio, calcio o hierro. Pero lo que también podemos destacar de ellas es su aporte de ácidos grasos omega 3.