En una olla con agua hirviendo, cocemos las porciones de calabaza durante 25 minutos aproximadamente. Escurrimos y trituramos hasta obtener una textura fina y homogénea.
Mezclamos la calabaza junto con harina, levadura en polvo, un huevo, mozzarella rallada, orégano, sal y pimienta. Integramos los ingredientes hasta formar una masa homogénea.
Sobre una bandeja de horno con papel vegetal, añadimos unas gotas de aceite, colocamos la masa y le damos forma redonda. Horneamos durante 10 minutos a 200ºC.
Colocamos por encima el tomate triturado, los tomates cherry en mitades, la mozzarella laminada y las lonchas de pavo. Volvemos al horno durante 15 minutos más, retiramos, decoramos con unas hojas de albahaca fresca y… ¡a disfrutar!
En este caso hemos utilizado calabaza como base de nuestra masa de pizza, sin embargo, podemos jugar con la imaginación y utilizar la verdura que más nos guste, probando diferentes colores y sabores como puede ser brócoli, remolacha, patata o pimiento rojo.
Si en lugar de calabaza utilizamos otro producto, simplemente tenemos que tener en cuenta que según la verdura a utilizar el contenido en agua podrá variar, cambiando así la textura de nuestra masa. Para asegurarnos un resultado lo más óptimo posible podemos escurrir aquellas verduras de alto contenido en agua o añadir más harina a la mezcla para ajustar las proporciones.
Para añadir el tomate sobre la masa de pizza, podemos disponer la cantidad deseada en el centro de la misma y extenderlo con el reverso de la cuchara realizando movimientos circulares hacia el exterior.
Para cortar la mozzarella, podemos utilizar un cuchillo y obtener láminas lisas o sacar porciones con las manos para darle un toque más rústico, de esta forma se rompe según la estructura del propio queso.
A vueltas con las recetas saludables, aquí os traemos una pizza que tiene una base diferente para poder hacer en familia. La calabaza se mezcla con un poco de harina, que es la que aporta una pequeña cantidad de hidratos de carbono. También tenemos proteína de calidad por parte del huevo, los quesos y la pechuga de pavo. Lo ideal sería añadir algo de verduras, tanto en la misma pizza, cómo acompañando este plato principal como una ensalada, por ejemplo. En esta receta, podemos utilizar cualquier harina, ya que el sabor principal de la base lo aporta la calabaza, por lo que podemos usar harinas sin gluten sin que nos cambie mucho, teniendo así una receta apta para personas con celiaquía
Esta receta, el ingrediente principal es la calabaza. Es una baya de cáscara dura, que tiene una gran versatilidad en la cocina, ya que podemos usarla en cremas, postres, dulces, o como esta receta, para hacer bases de pizza. También podemos hornearla, incluso rellena para jugar con el contraste de sabores dulces y salados. A nivel nutricional, su aporte calórico es bajo, siendo en su mayoría agua. Aporta una gran variedad de vitaminas, destacando las del grupo B, como B2, B6 y B9, C y E, así como betacaroteno, también llamado provitamina A. Destaca también por su aporte en potasio, fósforo, magnesio, hierro y zinc.