Materiales:
-Mortero
Pelamos los dientes de ajo, los cortamos por la mitad, retiramos la hebra interior y los trituramos en un mortero.
Cuando estén ligeramente machacados, añadimos las hojas de albahaca y seguimos triturando hasta integrarlas con el ajo.
Añadimos las nueces y las majamos hasta triturarlas finamente y conseguir en conjunto una textura de pasta.
Por último, rallamos el queso con un rallador fino, incorporamos el aceite y sazonamos al gusto. Mezclamos todo hasta que tengamos una salsa homogénea, servimos y… ¡a disfrutar de esta salsa tan versátil!
La hebra o el germen del ajo lo retiramos para que la salsa no sea tan fuerte y sea más digerible.
Al preparar esta salsa con mortero tenemos que ir añadiendo los ingredientes por partes para que todos se trituren correctamente, no queden grumos y consigamos así la textura que buscamos.
Elaborando el pesto con mortero estamos mostrando la forma tradicional de preparación, pero si tenemos prisa o queremos conseguir esta salsa rápidamente nos podemos ayudar de una picadora, aunque tenemos riesgo de que la albahaca comience a oxidarse, así que tenemos que tener cuidado para que la fricción no haga que se caliente demasiado.
En el caso de utilizar la picadora, debemos introducir todos los ingredientes menos el aceite y triturar. El aceite lo tenemos que incorporar al final y después volver a triturar para mezclar todo.
El pesto tradicional se elabora con piñones, pero nosotros ofrecemos una alternativa a este fruto seco con frutos más comunes como en este caso son las nueces. Pueden sustituirse también por almendras, anacardos, cacahuetes o el que más nos guste.
También podemos utilizar otras hierbas aromáticas que funcionan bien en esta salsa como por ejemplo las espinacas o la rúcula.
El aceite que utilicemos es importante que no robe protagonismo al resto de ingredientes pero tampoco tiene que ser muy neutro como el que podemos necesitarpara una mayonesa. Por esta razón añadimos aceite de oliva virgen y no aceite de girasol o aceite de oliva virgen extra.
