Cortamos las cebollas en dados y cocinamos en una sartén con aceite durante 8 minutos aproximadamente.
Añadimos espinacas, sal, pimienta, ajo granulado y nuez moscada y rehogamos hasta cocinar ligeramente el conjunto. Reservamos.
En un bol, mezclamos los huevos con la leche y añadimos harina integral tamizada y levadura. Incorporamos el jamón en tiras, queso crema y queso semicurado cortado en porciones.
Añadimos las verduras reservadas y disponemos en moldes aptos para magdalenas previamente engrasados. Horneamos a 200º durante 25 minutos aproximadamente y…¡listo para disfrutar!
En vez de utilizar moldes individuales de magdalena podemos darle una presentación diferente utilizando moldes más amplios sacando pastelitos más grandes de los que sacar varias porciones.
Reduciremos el tiempo de cocción cuanto más pequeños hagamos los cortes de las verduras. Para ello podríamos triturarlas en una picadora o rallarlas con un rallador.
Podemos dejar volar la imaginación y personalizar nuestros muffins con los ingredientes que más nos gusten. Desde calabacín, zanahoria y atún, hasta unos clásicos muffins dulces de chocolate o vainilla.
En este caso hemos dejado las verduras cocinadas en entero, pero también podríamos triturarlas para homogeneizar la masa si preferimos que no se noten las porciones.
Los muffins o madalenas, suelen ser recetas dulces, aunque también se pueden hacer versiones saladas como en esta receta, ya que utilizamos una base de harina que nos permite alternar distintos tipos de sabores. Es una receta densa a nivel calórico, que, junto con los hidratos de carbono de la harina y la patata, aporta fuentes de proteína por parte del jamón y los dos tipos de queso. Aunque si incluye algunas verduras, lo ideal sería acompañar este plato con una fuente mayor de verduras, pudiendo ser asadas y así aprovechamos el uso del horno.
Podríamos usar una harina certificada sin gluten, para tener una receta apta para personas con celiaquía, así cómo revisar el resto de etiquetas para que certifiquen que no contienen gluten. Si usamos algún queso vegano, así como soja texturizada o tempeh, podríamos hacer una versión vegana de esta receta.
Información nutricional sobre el ingrediente destacado:
El jamón, es uno de los productos estrella e icónicos de la cultura y gastronomía española. Este tipo de carnes, tanto si es jamón serrano como jamón cocido, no dejan de ser una carne procesada, por lo que no se recomienda un consumo muy frecuente. También es importante distinguir entre un jamón cocido de buena calidad, de los procesados cárnicos que, aún llevando carne, tiene otros ingredientes cómo fécula de patata o almidón.
A nivel nutricional, aporta proteínas de calidad, así cómo minerales como el hierro, potasio o zinc, entre otros. También aporta vitaminas como B6 o vitamina A. Al ser un producto que se cura en salazón, su contenido en sal será elevado, siendo un aspecto a tener en cuenta.
En la gastronomía, el jamón cocido se puede usar para preparar sándwiches, bocadillos, así como pizzas o platos de pasta. En general, el jamón es una carne muy versátil en cocina que según cómo se cocine nos permite incluirla en innumerables recetas y guisos.