Cortamos la panceta en pequeños cubos y en una sartén con aceite de oliva la doramos. Vertemos el vino blanco y dejamos evaporar.
Retiramos la panceta y en la misma sartén añadimos la salsa de tomate con un poco de pimentón picante, una pizca de sal y pimienta negra. Dejamos cocinar durante unos minutos para que reduzca la salsa y disponemos la panceta dorada.
Mientras tanto, en una cazuela con agua hirviendo y una pizca de sal, cocemos la pasta hasta que quede al dente. Escurrimos la pasta y la incorporamos en la sartén con la salsa de tomate.
Mantenemos durante unos minutos para integrar los sabores. Con la ayuda de unas pinzas y un cucharón servimos la pasta en forma de montañita en un plato, terminamos con un poco de queso rallado por encima y… ¡a disfrutar!
La pasta es una de los platos estrella y una de las opciones más consumidas a nivel mundial. Aquí os dejamos una de las recetas tradicionales de la gastronomía italiana, la pasta a la Amatriciana. Es importante resaltar que siempre que cocinemos con alcohol, son recetas no aptas para mujeres embarazadas o menores, ya que no se va a terminar de evaporar del todo. A nivel nutricional, tenemos una receta con un aporte de hidratos de carbono por parte de la pasta, junto con una ración de proteínas tanto por la panceta de cerdo como por el queso rallado. Es un plato principal, al que habría que añadir una ración de verduras, tanto como un primero, como si quisiéramos modificar la receta y añadir más verduras. Si la pasta es sin gluten, tendríamos una receta apta para personas con celiaquía. Podríamos usar seitán o tempeh, junto con levadura nutricional, para sustituir la panceta y el queso en polvo y tener una receta vegana.
En este plato destacamos al espagueti como ingrediente principal. Este tipo de pasta, es muy común consumirla en nuestra gastronomía, aunque aquí usemos una versión diferente. A nivel nutricional, es un alimento energético que nos aporta hidratos de carbono complejos. Siempre será mejor usar opciones integrales, ya que se su aporte de fibra será mucho mayor. Aconsejamos cocinarla ‘al dente’ podemos conseguir que la absorción de los hidratos de carbono sea algo más lenta, y que el plato no tenga tanto impacto en nuestro organismo. También aportarán vitaminas del grupo B, así como minerales como fósforo, hierro o zinc.