Para preparar la base de la cheesecake, trituramos las almendras junto con los copos de avena, lo mezclamos con la mantequilla fundida y cubrimos el molde forrado con papel de horno con una capa de esta mezcla. Reservamos.
Por otro lado, en un cazo disolvemos la cuajada en la leche y llevamos a hervir. Lo vertemos en un bol grande y añadimos el queso mascarpone y la panela. Luego preparamos un vaso de café de cápsula y lo vertemos. Mezclamos todo bien con una varilla.
Cubrimos la base de la tarta reservada con la mezcla anterior y la reservamos en frío durante seis horas o hasta que esté firme.
Decoramos cubriendo la superficie de la tarta con un poco de cacao en polvo, desmoldamos y… ¡a disfrutar!
El cheesecake o tarta de queso es un postre dulce cuyo origen se remonta a la Antigua Grecia.
Se trata de una receta en la que se utilizan varios derivados lácteos para su elaboración: leche, queso y mantequilla. En este caso, nos encontramos frente a una tarta de queso fría a la que se le añade café y se cubre con cacao.
Para la elaboración de la base, se han utilizado almendras y copos de avena por lo que este postre puede ser apto para consumo en personas que padecen celiaquía.
Información nutricional sobre el ingrediente destacado:
El café se obtiene de las semillas tostadas y molidas de los frutos de la planta de café. Su principio activo es la cafeína, esta es la que proporciona diferentes beneficios para la salud cuando consumimos el café.
Sus beneficios principales son estimulantes del sistema nervioso central, proporcionando un extra de energía tras su consumo. También se han demostrado beneficios a nivel cardiovascular gracias a su capacidad de vasodilatación. Además, al contrario de lo que se pensaba, tiene una acción diurética que puede ser beneficiosa en personas con problemas de tensión arterial.
Para la base:
Para la tarta:
Para la decoración: