Para la butifarra con mongetes: realizamos unos cortes en las butifarras para que se cocinen mejor y las ponemos a cocinar en una sartén caliente con un poquito de aceite.
Mientras se cocinan, en una picadora picamos el ajo y el perejil. Una vez dorada la butifarra, la retiramos a un plato y la reservamos. Añadimos las alubias a la misma sartén y salteamos.
Vertemos encima de las alubias la picada de ajo y perejil y sazonamos con sal, pimienta negra y pimentón dulce. Servimos junto a la butifarra.
A un mortero añadimos los dientes de ajo pelados y sal. Al mismo tiempo que machacamos los ajos, vamos añadiendo aceite de oliva virgen extra a hilo fino hasta que el alioli emulsione. Lo servimos en un cuenco para acompañar las alubias y… ¡a disfrutar!
Esta receta es uno de los platos típicos de la gastronomía catalana, la butifarra con mongetes, también conocidas como alubias o habichuelas. Este guiso, es un plato contundente, por lo que lo ideal será acompañarlo de una buena ración de verduras y siempre es mejor poner una ración no muy grande, ya que es un plato contundente, a nivel calórico.
Tenemos una fuente de proteínas, tanto por parte de la butifarra, cómo por parte de las alubias. Recordemos que las alubias también tienen un aporte de hidratos de carbono. Si añadimos la salsa, también aumentamos la ración calórica ya que la base es el aceite de oliva, aunque es una grasa de buena calidad.
En esta receta, no tenemos ningún ingrediente que contenga gluten, aunque deberíamos revisar siempre las etiquetas para asegurarnos que no puedan contener trazas. Podemos también usar soja texturizada gruesa, tempeh o seitán para sustituir la butifarra y tener una receta vegana.
Información sobre el ingrediente destacado:
La butifarra es uno de esos embutidos que asociamos a una región cómo Cataluña, aunque también hay distintas variedades en zonas como Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia o Andalucía. También se consume un tipo de butifarra en México, El Salvador o Chile. Este embutido, se elabora con carne picada de cerdo, sal, pimienta, y algunas veces también especias. Existen varias alternativas, como la butifarra fresca, llamada cruda o roja y la butifarra cocida, tanto blanca como negra.
A nivel gastronómico, se puede consumir a la brasa o a la plancha, aunque también en plato típicos como las habas a la catalana, la escudella, para condimentar pastas o para rellenar verduras.
A nivel nutricional, ya que su materia prima es el cerdo, es una fuente de proteínas, aunque al ser una de las carnes rojas y procesadas, recordar que tienen un contenido alto en grasas saturadas, por lo que su consumo debería ser esporádico. También nos aporta minerales como el hierro, sodio y vitaminas del grupo B como B12, B9, B3 o vitamina K.
Para la butifarra con mongetes
Para el alioli
