En una cazuela a fuego medio disponemos la leche, el agua, la mantequilla, el azúcar y la sal. Cuando esté a punto de hervor añadimos la harina y la levadura tamizadas de golpe. Bajamos el fuego y removemos hasta obtener una masa que se despegue de las paredes.
Retiramos la cazuela del fuego y dejamos reposar la masa durante unos minutos hasta que se temple. Añadimos un huevo y mezclamos hasta que se integra completamente a la masa. Repetimos lo mismo con los huevos restantes, uno a uno.
Para freír los buñuelos, calentamos el aceite en una sartén y con ayuda de dos cucharitas untadas con aceite, formamos bolitas que iremos friendo hasta que estén doradas y vamos retirando con una espumadera.
Disponemos los buñuelos sobre papel absorbente, los rebozamos con azúcar, servimos y… ¡listo para disfrutar!
Una de las recetas clásicas en la repostería española son estos buñuelos de viento, ideales para fechas icónicas como la semana santa. Son alimentos muy densos a nivel calórico, por lo que se recomienda consumir raciones moderadas. Tenemos una ración de hidratos de carbono por parte de las harinas y el azúcar añadido. También tenemos una pequeña ración de proteína por parte del huevo y la leche. Podemos usar una harina sin gluten, ya que en estas recetas no cambia en exceso el sabor y tenemos una versión apta para personas con celiaquía. Podemos usar una grasa tipo aceite de coco, junto con harina de garbanzo diluida en agua, para sustituir la mantequilla y los huevos y tener una versión vegana.
El ingrediente principal de esta receta es la harina de trigo. Es un alimento energético que se utiliza para aumentar la densidad calórico de los alimentos. Podemos usarlos en forma de pasta, o usarlos en recetas en las que es la base, como estos buñuelos. Nos aporta hidratos de carbono complejos, así como una fuente de fibra si usamos una harina es integral. En este tipo de recetas, ya que van a tener un sabor destacado, no se va a notar si usamos harinas integrales, así como si utilizamos harinas sin gluten. Podemos encontrar opciones sin gluten aptas para celíacos. Recordemos que si la pasta se cocina ‘al dente’ podemos conseguir una absorción más lenta de los hidratos de carbono, haciendo que tenga menos impacto en nuestro organismo. Podemos destacar su aporte de magnesio, calcio o hierro, así como vitaminas B1, B2 o B6.