Para el bizcocho: batimos los huevos con el azúcar hasta montar. Añadimos mantequilla fundida, harina fina de maíz y harina de trigo tamizada. Mezclamos hasta homogeneizar y horneamos en un molde con papel de horno a 180º durante 30 minutos aproximadamente.
Para el relleno de nata: montamos la nata junto con el azúcar avainillado con ayuda de unas varillas eléctricas. Disponemos en una manga y reservamos en frío.
Para la mousse de fresas: trituramos las fresas y las disponemos en una olla. Añadimos la gelatina previamente hidratada y escurrida y reservamos en frío. Montamos nata e incorporamos la preparación de fresas. Dejamos reposar 2 horas en frío en una manga pastelera.
Para la decoración: cortamos el bizcocho en 3 capas. Cubrimos la primera capa con puntitos de mousse de fresa, añadimos la segunda capa y disponemos la nata montada. Colocamos la tercera capa, decoramos con láminas de fresa y puntitos de relleno, y… ¡lista para disfrutar!
Para transportar y conservar por más tiempo el bizcocho, podemos utilizar el portatartas. El mismo es ideal para no aplastar o desmontar las tartas en el traslado de las mismas, así como para evitar que se sequen al tener un cierre hermético.
Para que el bizcocho quede alto y esponjoso es muy importante batir bien los huevos. Por ello se recomienda batir los huevos hasta que se monten y queden muy espumosos. Al momento de incorporar los ingredientes secos, es muy recomendable hacerlo con movimientos envolventes y suaves, para que la preparación no pierda aire y se baje.
Para la cocción del bizcocho hay que engrasar el molde con mantequilla y espolvorear con harina para poder desmoldar bien el bizcocho. También se puede usar papel de horno.
Hay que precalentar el horno y no superar los 180ºC para que se cocine de forma pareja. Para saber si el bizcocho está cocido, se puede pinchar con un palillo largo y si sale seco se puede retirar del horno.
El bizcocho es una receta común en repostería. Sabemos que es en este tipo de elaboraciones, tenemos un aporte elevado de azúcar añadido, así como grasas, por lo que es una receta muy densa a nivel calórico. Será mejor utilizar porciones pequeñas.
A nivel calórico, tenemos un aporte principal de hidratos de carbono, tanto por la harina de trigo como la de maíz. También tenemos hidratos de absorción rápida del azúcar añadido.
También tenemos un aporte de grasas por parte de la mantequilla y la nata. El huevo aporta la parte de proteínas de esta receta.
Podemos usar una harina sin gluten, para tener una receta apta para personas con celiaquía. En este tipo de recetas es sencillo hacer el cambio sin que modifique mucho el sabor.
Información adicional sobre el ingrediente destacado:
La harina de trigo es el ingrediente principal. A nivel nutricional, es un alimento energético, que nos aporta hidratos de carbono complejos. Si esta harina es integral, también será fuente de fibra. En este tipo de recetas, ya que van a tener un sabor destacado, no se va a notar si usamos harinas integrales, así como si utilizamos harinas sin gluten.
Podemos encontrar opciones sin gluten aptas para celíacos. Recordemos que si la pasta se cocina ‘al dente’ podemos conseguir una absorción más lenta de los hidratos de carbono, haciendo que tenga menos impacto en nuestro organismo. Podemos destacar su aporte de magnesio, calcio o hierro, así como vitaminas B1, B2 o B6.
Para el bizcocho:
Para el relleno de nata:
Para el relleno de mousse de fresa:
Para la decoración: