El otoño nos trae productos deliciosos; castañas, caquis, boniatos, setas… hoy te proponemos un delicioso pastel sin azúcar, con el boniato asado al horno como ingrediente estrella. Para darle un toque otoñal, lo cortaremos en forma de castaña, y utilizaremos castañas para decorarlo.
Utilizar otros ingredientes distintos al azúcar para endulzar, como los dátiles, es una buena opción para conseguir pasteles más saludables. Es importante acostumbrar el paladar de los niños a sabores poco dulces, así como también a poco salados.
El boniato es rico en hidratos de carbono y fibra y resulta una alternativa a la patata, pero con un sabor dulce muy característico. Las castañas están clasificadas dentro de los frutos secos, y como tales nos aportan grasas saludables. Son uno de los frutos secos menos calóricos, y con un mayor aporte en hidratos de carbono, comparativamente con el resto de frutos secos.
Con ayuda de una batidora trituramos el boniato (asado al horno a 180º C durante 45-50 minutos y pelado) junto con los dátiles deshuesados (y previamente remojados en agua caliente durante 1 hora), los huevos, el aceite, la leche, la harina, la levadura, el coco y una pizca de sal. Disponemos en un molde redondo y cocinamos en el horno a 180º C durante 40-45 minutos.
Hacemos un corte a las castañas en forma de cruz y las colocamos en una bandeja de horno cubierta con una lámina de papel de horno. Horneamos a 200 ºC durante 25-30 minutos. A media cocción les damos la vuelta. Las pelamos y las trituramos junto con las almendras y las avellanas. Reservamos.
Desmoldamos el pastel y lo cortamos en forma de castaña.
Lo untamos con una fina capa de chocolate para untar (si lo queremos más líquido, lo ponemos unos minutos al baño maría) y en la parte inferior, colocamos los frutos secos.
¡Disfruta de este delicioso pastel otoñal en forma de castaña!