Para los rollitos: sacamos las hojas de la col, escaldamos en agua y reservamos. En una olla con aceite, doramos el ajo y añadimos el arroz y sal. Cubrimos con agua y pastilla de caldo, tapamos a fuego medio durante 16 minutos aproximadamente y reservamos.
Rehogamos la cebolla picada en una sartén con aceite. Incorporamos salchicha vegana troceada, tofu picado y el arroz reservado. Agregamos orégano, ajo granulado y sal. Mezclamos. Formamos rollitos rellenando las hojas de col y reservamos en una fuente.
Para la bechamel: en una sartén con aceite, doramos la harina de trigo con aceite de oliva. Añadimos poco a poco la bebida de arroz hasta que adquiera la consistencia deseada y añadimos sal, pimienta y nuez moscada.
Disponemos los rollitos de col en una fuente apta para horno, cubrimos con la bechamel y espolvoreamos rallado vegano en la superficie. Horneamos a 200º durante 10 minutos aproximadamente y… ¡a disfrutar!
Podemos ser creativos y sustituir la col por la verdura que más nos guste para darle un toque diferente, rellenando por ejemplo endivias o incluso pimientos.
Otra opción de presentación podría ser hornearlo en formato individual, donde podemos rellenar unas cazuelitas por capas, disponiendo la col troceada en la base, el relleno en la mitad y cubriendo con la bechamel y el rallado.
Escaldamos la col para que se nos reblandezcan las hojas y nos facilite el montaje de los rollitos, así como para asegurarnos que queden más tiernos, ya que el horno lo utilizaremos para gratinar principalmente.
En este caso hemos picado los ingredientes para que estén más integrados en el relleno, sin embargo, podemos jugar con los formatos e incorporar el tofu en dados o la salchicha en rodajas en función de nuestros gustos.
Si hay una forma que aúna el aprovechar cocciones con el consumir verduras de una forma cómoda es hacerlas rellenas al horno. En este caso tenemos una col rellena, que además es una elaboración vegana que seguro sorprenderá por su sabor a más de uno.
Es una elaboración en la que tenemos un plato principal, ya que tenemos tanto fuentes de hidratos de carbono como de proteína. Aunque deberíamos acompañarlo de algo más de verdura, para tener una ración completa. Podríamos usar una ensalada de primero, o unas verduras asadas para acompañar. También podríamos añadir verduras al relleno de la coliflor. El arroz es el encargado de aportar esos hidratos de carbono y las salchichas vegetales y el tofu, la fuente de proteínas. Lo ideal sería usar más materias primas en lugar de procesados veganos, pudiendo sustituir las salchichas por soja texturizada o dejando únicamente el tofu. También podemos poner una pequeña cantidad, ya que son productos que no suelen ser para un consumo diario.
No olvidemos que la bechamel, también nos va a aportar densidad calórica a la receta, ya que tenemos más hidratos de carbono por parte de la harina, junto con las grasas saludables del aceite de oliva.
A priori, siempre que utilicemos una harina de maíz, arroz o que especifique ser sin gluten, tendríamos una receta apta para personas con celiaquía, aunque también deberíamos, como siempre, revisar el etiquetado de los alimentos para confirmarlo.
Información nutricional sobre el ingrediente destacado:
El repollo o col blanca, también se conoce como col cerrada en algunos países. Es una verdura comestible, de la que consumimos las hojas. La receta más común con ellas es la “coleslaw” o ensalada de col, una de las opciones clásicas como guarnición en muchos países. También suelen usarse para hacer, como en esta receta, rollitos tanto con las hojas hervidas o al horno. De la misma familia tenemos las coles de Bruselas o col lombarda, que destaca por su peculiar color morado y su textura mucho más firme, al contener una cantidad menor de agua.
La col, como la gran mayoría de verduras u hortalizas, aporta mayoritariamente agua, así como una fuente de fibra. A nivel de vitaminas, destaca su alto contenido en vitamina C, así como vitamina B9 y A, en forma de betacarontenos. También aportan minerales cómo calcio, magnesio o potasio.
La col, al igual que otras verduras de hoja como la lechuga, endivia o canónigos, pueden ser una buena forma de utilizar para ensaladas. Al usar diferentes tipos, ganamos en texturas y sabores, ayudando a tener ensaladas diferentes y más coloridas, sobre todo si usamos col lombarda.
Para la bechamel