Untamos un molde de horno con aceite y disponemos la masa quebrada. Pinchamos la superficie con un tenedor y horneamos a 200º durante 10 minutos aproximadamente. Reservamos.
Para el relleno, doramos cebolla en dados en una sartén con aceite de oliva. Añadimos las setas en porciones y cocinamos durante 10 minutos aproximadamente. En un bol, batimos los huevos e incorporamos el queso untable, el queso de oveja rallado, nata, tomillo y salpimentamos.
Sobre la masa pre cocida añadimos las setas con la cebolla y vertemos la mezcla de huevos. Colocamos unas porciones de queso de cabra sobre la superficie de la quiche.
Horneamos a 190º durante 30 minutos. Retiramos del horno y dejamos reposar 10 minutos. Cortamos en porciones y… ¡a disfrutar!
La quiche es un tipo de tarta salada derivada de la quiche lorraine francesa. Se puede rellenar de muchas formas, combinando diferentes verduras, así como algunos tipos de proteínas distintas. Es una opción perfecta para cocinar algo diferente, ya que es una receta sencilla y permite cocinar porciones para otras comidas. En esta receta, tenemos un aporte de hidratos de carbono por parte de la masa, así como el aporte proteico de los diferentes tipos de queso y los huevos. La nata, junto con el aceite de oliva, aportan la grasa saludable. Es un plato muy denso a nivel calórico, por lo que deberíamos compaginarlo con una buena ración de verduras. Podríamos aprovechar el uso del horno para cocinar verduras tanto para consumir con esta quiche o para otros días. Deberíamos usar una masa que especifique que no contiene gluten, para poder tener una receta apta para personas con celiaquía. Sí queremos tener una receta vegana, podemos usar nata vegetal junto con chía hidratada en agua para sustituir al huevo. También podemos usar tofu tipo silken para no usar los distintos tipos de queso.
Las setas son la parte fundamental de este plato. Es importante destacar que no todos los tipos de setas son comestibles, por eso no se recomienda consumirlas sin asegurarnos previamente. Son muy versátiles en cocina, ya que pueden servir para elaborar cremas, salsas, saltearlas, añadirlas a guisos o, incluso, consumirlas en crudo. Las podemos incluir dentro de las verduras dentro de la planificación de un plato saludable. Nos aportan, vitaminas como A, C, D y del grupo B cómo B1, B2 y B3. A nivel de minerales, aportan hierro, fósforo, yodo, magnesio, potasio o calcio, entre otros